lunes, 5 de septiembre de 2011

Décimo Inning


En febrero de 2010, el nuevo acuerdo invernal (Winter Agreement) que firmaron la Confederación de Beisbol del Caribe y Major League Baseball (MLB), buscaba el "equilibrio entre socios". Esa era la esencia del acuerdo, en opinión de los dirigentes de la región que informaron sobre los alcances del pacto en un hotel de Margarita.
El primer párrafo del documento es alentador y reconoce "el impacto del beisbol profesional como un agente de buena voluntad entre naciones y la necesidad de mantener al beisbol de invierno sobre el nivel más alto de funcionamiento, además de contribuir al desarrollo continuo de todos los jugadores que participan en las ligas de invierno".
Sin embargo, los hechos dicen otra cosa. La balanza continúa inclinándose a favor de MLB, pese a su "buena voluntad".
En 2010, un total de 23 grandeligas venezolanos recibieron la prohibición de unirse a sus equipos reservas porque sus actuaciones superaron los límites de fatiga extrema.
El exhaustivo inventario de la oficina del comisionado de MLB se elevó a 56 peloteros, incluyendo a los jugadores de ligas menores, que en definitiva son los que nutren en un alto porcentaje los rosters de sus clubes.
Este año, la misiva que anuncia malas noticias para los equipos de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional todavía no ha llegado a los despachos de los gerentes generales, que cruzan los dedos para que la diosa Fortuna los trate mejor en 2011 y los ayude a armar los rosters inaugurales.
"Pienso que este año ese número puede aumentar. Es lo que creo", confesó preocupado un ejecutivo de la LVBP.
Los clubes del patio, y cualquiera en el Caribe que se sienta afectado por la fatiga extrema, podrán volver a pedir el permiso para contar con sus jugadores a partir del 15 de noviembre, una consideración que los equipos de MLB, dueños de los peloteros, pueden rechazar o conceder con condiciones. En cualquier caso, los afectados no podrán jugar antes del 1° de diciembre.
Este año Yorvit Torrealba, que juega para los Rangers de Texas y al que Caracas obtuvo en un cambio con Margarita, superó el mínimo de innings recibidos (600), que activa la condición de fatiga extrema, en julio. Otro receptor, Salvador Pérez, de Kansas City y reserva de La Guaira, está por encima de las 700 entradas, que privan para las categorías AAA, AA y A.
El lanzador Néstor Molina, clave para Lara en la 20102011, ya suma 130 innings laborados, entre clase A y AA.
El derecho no acumuló todos esos capítulos con Dunedin (A+) lo que de acuerdo con el convenio, favorecía a los crepusculares, porque en estos casos se toma el límite de la categoría donde estuvo más tiempo. Pero Toronto ya decidió que su prospecto y futuro miembro de la rotación del equipo, ha tenido suficiente ajetreo en 2011 y prefiere que descanse. José Campos, uno de los lanzadores de más progresos en el sistema de granjas de Seattle, superó el piso para un pitcher de un circuito de calendario corto (75 Inn). Campos laboró 81.1 capítulos con el Everett, de la Liga del Noroeste. Será difícil verlo con Cardenales. Matemática simple.
"La cláusula de fatiga extrema es muy importante para nuestras organizaciones, en particular cuando se trata de jóvenes", dijo Lou Meléndez, vicepresidente de operaciones internacionales de MLB, en febrero de 2010, cuando abordó el tema. "En Venezuela se firmaron el año pasado (2009) unos 300 jugadores por más de 20 millones de dólares, una gran inversión, que los equipos de MLB deben proteger. La formación de esos muchachos cuesta mucho dinero. Pero a la vez quieren desarrollarlos como jugadores, por eso hay que dejarlos participar en sus países de origen. Así que entiendo el conflicto".
Con ese "conflicto" tendrán que lidiar los equipos del Caribe.

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