jueves, 1 de septiembre de 2011

Miguel Montero disfruta el momento y apuesta a los Cascabeles


Miguel Montero liga .368 (38-14) en sus últimos 10 encuentros

La figura de Arizona rompió el récord de extrabases de la franquicia para un receptor, que estaba en sus manos desde 2009



Miguel Montero atraviesa por uno de sus mejores momentos con el madero en la temporada. El receptor de los Cascabeles cerró agosto con una cadena de 10 partidos con al menos un imparable, la más prolongada este año en su cosecha particular, luego de atravesar por un slump que se inició a finales de julio y lo acompañó durante buena parte del mes pasado.
“Soy catcher y esa es una posición en la que te cansas bastante. Me sentí algo fatigado. Creo que eso pudo influir en el bajón que tuve. Pero el manager (Kirk Gibson) me dio un par de días libres y logré recuperarme un poco. Así es el beisbol. Hay momentos en los que te paras en el plato y no te sientes cómodo. Pero en ocasiones te levantas, llegas al estadio y te sientes bastante bien. Cuando analizas que estás haciendo mal, en ocasiones no consigues una razón lógica de por qué no estás bateando, porque todo está bien. Simplemente es confianza, sentirte cómodo, es la clave no sólo para tener una racha, sino un buen año”, señaló el caraqueño, al otro lado del hilo telefónico.
El martes, Montero disparó un cuadrangular de tres carreras, en la victoria de Arizona, 9-4, contra Colorado, que elevó 44 sus extrabases en sus partidos detrás del plato y rompió la marca de la franquicia para un careta, que estaba en su poder desde 2009, con 43.
“Estoy muy contento con la marca”, confesó. “También hay que tomar en cuenta que Arizona es una franquicia nueva, con apenas 13 años. Por eso bromeando con mis compañeros dije: ‘será que antes de que yo llegara Arizona, ningún catcher bateaba, ni siquiera un poquito (risas)?’. Pero, se siente bien contribuir”.
Montero no sólo es un nombre más en el libro de registros históricos de los Cascabeles.
Ha sido una de las principales razones de la buena zafra de los desérticos. En las victorias del club su línea de producción es de .313/.387/.540, que le otorga un extraordinario OPS de .927, con 11 de sus 14 jonrones y 55 remolcadas. Además encabeza a sus colegas en las mayores con 31 dobles y 72 remolcadas, mientras que desde 2009 sus 119 batazos de dos o más bases, sólo son superados por Brian McCann (134).
“Me han tocado situaciones importantes (con el madero) y he tratado de aprovecharlas al máximo. En este momento todo el equipo está produciendo y eso es contagioso. Todos estamos jugando muy bien, no es una sola persona. Nos encontramos en el primer lugar, algo que quizás no esperan ni los aficionados. Pero nosotros hemos respondido a nuestras expectativas como equipo y organización. De verdad estoy muy contento”.
Hasta el miércoles, Arizona sumaba 12 partidos seguidos en casa, la racha más larga en los anales del equipo, mientras que había salido airoso en nueve de sus últimos 11 desafíos.
“Llegamos a septiembre con seis juegos de ventaja en la punta de la División (Oeste de la Liga Nacional). Sólo tenemos que seguir jugando nuestro beisbol y ser agresivos. Si lo logramos nos vamos a colar (a los playoffs). La mayoría de los juegos que nos restan, salvo una serie contra Pittsburgh, serán contra rivales directos. Está en nuestras manos avanzar”.
Esa tarea, impensable para los analistas antes del inicio de la campaña, no genera una presión adicional en los Cascabeles.
“La presión la tienen ellos (los Gigantes, que marchan segundos), aunque debemos mantener el ritmo y la confianza en lo que hacemos. Cada vez que salimos al terreno de juego sentimos que vamos a ganar. Esa es la actitud”.


Infranqueable detrás del plato
Antes del Juego de Estrellas, Montero sumaba 10 errores, la peor cifra entre los receptores de la Nacional. Pero logró hacer el ajuste necesario y en sus últimos 50 encuentros no ha cometido marfiladas. La última pifia la cometió el 23 de junio, contra Kansas City.
“Empezando la temporada hice muchos errores estúpidos, por ser agresivo en exceso tirando a las bases.  Ahora me calmé un poquito. Estoy más paciente. Hago los tiros cuando necesito hacerlo”.
Henry Blanco, su catcher suplente, le ayudó a recuperar la confianza. “La mecánica para lanzar a las bases estaba allí. Henry me dijo ‘cuando saques a dos corredores seguidos verás que retomarás la confianza’. Así fue”.
Antes de la jornada de ayer el careta exhibía 40,3% (27 outs en 67 intentos) de efectividad evitando estafas.

 
Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 1° de septiembre de 2011

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