lunes, 3 de diciembre de 2012

Darwin Pérez le saca provecho a la paciencia

Hasta el sábado, Pérez sólo había dejado de embasarse en 2 de 33 partidos


El primer bate del Magallanes lidera el circuito en bases por bolas y porcentaje de embasado


VALENCIA
Darwin Pérez tiene una idea muy clara de cuál es su rol. Cada vez que llega al plato para consumir un turno lo hace con el propósito de embasarse y, salvo contadas excepciones, logra tener éxito. Es lo que aspira a conseguir todo mánager cuando elabora la alineación y decide quién será el primero del orden. 
“Es mi característica”, dice Pérez. “Como primer bate trato de sacarle la mayor cantidad de envíos al lanzador para que los compañeros, que vienen detrás de mí, tengan una idea de cuál es el repertorio del pitcher”.
Pérez no sólo cumple con esa labor, exprime al rival y logra colocarse en circulación. El sábado amaneció líder de la LVBP con 34 boletos -8 más que Carlos Maldonado, su escolta en el departamento- y un OBP de .454, mientras que sus 25 anotadas lo ubicaban a sólo 5 del tope del circuito en manos del caraquista Henry Wrigley.
“Darwin es muy paciente. Cuando llegué aquí y comencé a hablar con los coaches sobre el equipo, me hablaron de su aproximación en el plato y lo que había hecho el año pasado. Así que tengo que darle crédito por mantener esa consistencia y el enfoque como abridor del orden. Algo que le da la oportunidad al centro de la alineación de siempre conseguir corredores en las bases”, destaca Jack Voigt, coach de bateo.

Una revelación
Pérez fue todo un descubrimiento para el piloto Carlos García en la 2011-2012. Como abridor durante la mayor parte de la campaña se ubicó entre los mejores del circuito en OBP (.407) y pasaportes (36).
“En ligas menores he estado en ese puesto del lineup, pero no todos los días, más bien he sido segundo bate. Aquí es donde tengo esa responsabilidad a diario y no es fácil porque llegas al plato, en el primer turno, sin saber cómo viene el pitcher o qué lanzará. Pero me he adaptado y las cosas han funcionado”, explica Pérez.
Apenas dos veces en la campaña ha regresado al dugout con las manos vacías. Ha estado en circulación en 31 de 33 partidos y en noviembre, pese al bajón que sufrió su average, siempre logró sacar el cuarto pitcheo malo para llegar a la inicial. Entre el 19 y el 23 de noviembre ligó de 16-2, pero en ese lapso sumó 6 boletos.  
“Siempre vas a tener altibajos con el promedio. Me han estado trabajando diferente, con más pitcheos quebrados, pero trato de dejarlos pasar cuando no están en la zona de strike”, razona el maracayero, al que siempre le ha perseguido el estigma de los ponches.

Ajustes necesarios
Sus 35 abanicados son la cuarta cifra más alta en el circuito. Una tendencia que no le es extraña.
En ligas menores, su índice de contacto, que se deduce en base a los ponches, es de 76% mientras que el de boletos es 12%, de acuerdo con las fórmulas que utiliza la publicación Baseball Analyst. Algo que define a Pérez como un bateador paciente, pero con problemas para poner la bola en juego, tomando en cuenta que los valores base del cálculo son 75% y 10%, respectivamente. Con Magallanes, su capacidad chocadora cae a 72%, pero su vista le otorga un 22% en el índice de bases por bolas en 257 turnos, desde que debutó en la campaña 2010-2011. Para tener una idea de lo superlativo de esa cifra, bastaría decir que Bob Abreu, uno de los bateadores que más pitcheos ve en las mayores, con 8 temporadas de 100 o más pasaportes, exhibe un porcentaje de 14,8 a lo largo de sus 17 años de carrera.
“Pienso que la diferencia está en que en Estados Unidos los pitchers lanzan más rectas. Aquí tratan de trabajarte, sobre todo cuando estás ligando para promedio por encima de .300. Comienzan a tirarte difícil y, por mi capacidad de tomar pitcheos, me embaso más por boletos”.
Richard Hidalgo, asistente de Voigt, no le preocupa en exceso los abanicados. “Hace ajustes rápidos. Es muy inteligente”.
Voigt sólo espera que el campocorto continué con el mismo enfoque. Sólo trabaja en mejorar su contacto a la derecha, como toletero ambidiestro. “Me gustaría que conectara más líneas”, señala el instructor.
Mientras las cosas sean más sencillas, mejor para Pérez. “No lo complico. Dejo pasar pitcheos y me embaso. Es lo que hago”.

Cuando llegue Elvis
Dentro de poco, Darwin Pérez tendrá que apelar a su paciencia, pero desde otra perspectiva. El lunes será inscrito en el roster Elvis Andrus, la estrella del shortstop de Texas, y el próximo fin de semana está previsto su debut.
“Hace algunos días estuve hablando con Erold (hermano mayor de Elvis) y me dijo que lo tomara con calma. Sé que Elvis es el que jugará. Todos sabemos cómo es este negocio. Por mi parte, seguiré trabajando igual. No cambiaré mis rutinas durante las prácticas o en el gimnasio. Nadie sabe lo que pueda pasar. Tal vez no juegue todos los días o no siga en enero. Lo importante es estar preparado para otra oportunidad, cuando te necesiten”.

Esta nota apareció publicada en el diario El Nacional el 3 de diciembre de 2012

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