lunes, 11 de noviembre de 2013

Décimo Inning


Robinson Chirinos apenas apareció en 25 encuentros con el Magallanes entre las campañas 2010-2011 y 2012-2103, limitado por las lesiones. El receptor encontró en sus profundas convicciones religiosas la fortaleza para reponerse y vuelve a estar saludable 

VALENCIA
Robinson Chirinos vuelve a estar saludable y lo disfruta. Siempre de trato afable y de fácil sonrisa, el receptor atravesó por momentos difíciles que limitaron su juego entre 2010 y 2012, cuando una contusión en la cabeza evitó que pudiera si quiera tomar un turno.

“No es fácil sobreponerse. Nadie quiere pasar por situaciones tan difíciles en su carrera”, señala el falconiano, que antes de iniciarse la campaña apenas había disputado 25 partidos en la LVBP entre las campañas 2010-2011 y la 2012-2013, afectado por varias lesiones, incluida una fractura en la mano izquierda. “Dios ha sido mi principal motivación para seguir adelante, para evitar que todo lo que sufrí me tumbara. Porque no se trata de las veces en que nos caemos, lo importante es cuando nos levantamos. Cualquiera puede seguir adelante con la confianza en Dios, creador del cielo y la tierra”.

Esa profunda convicción religiosa casi se compara con la devoción que siente por el Magallanes. Al finalizar su actuación en el beisbol organizado, asegura que comienza a contar los días para uniformarse en Venezuela. Tal vez por eso tuvo que batallar con la depresión en los últimos tres años cuando su cuerpo lo traicionó.

“Cada vez que me pongo la camiseta es un sueño”, afirma. “Soy magallanero desde chamo y es un privilegio poder jugar con el equipo que aprendí a amar mientras crecía. Somos como una familia, sin importar el estatus de cada quien. Nos ayudamos siempre y somos profesionales. Lo damos todo por Magallanes”.

La última vez que estuvo saludable, en la 2009-2010, Chirinos fue candidato a Jugador Más Valioso. Conectó 10 jonrones y remolcó 34 carreras, mientras que dejaba una impresionante línea de producción (.366/.420/.641), desde una posición tan difícil como la de cátcher.

“Siento que soy el mismo de aquel año. Estoy sano, al 100%, y cuando estás saludable, te encuentras al tope de tus condiciones. Será un año increíble y lleno de muchas cosas buenas”.  

Ahora la competencia por un lugar en el lineup es mucho más dura que hace cuatro años. Aunque esta vez, Robinson está actuando con cierta regularidad, aprovechando los inconvenientes físicos de Carlos Maldonado, uno de los peloteros clave para que los Navegantes ganaran el campeonato en enero. Vaya paradoja.

“No creo que deba sentir presión por eso”, afirma. “Carlos fue una pieza fundamental y ayudó el equipo al máximo. En mi caso sólo quiero venir a aportar mi talento. No estoy aquí para tapar huecos o hacer lo que otro no está haciendo. Estoy aquí para ayudar en lo que pueda. Estaría satisfecho con tomar buenos turnos y darle al equipo la oportunidad de ganar”.

Ahora mismo, el careta comparte sus responsabilidades con Jesús Flores y el novato Tomás Telis, pero Ramón Hernández ya está incorporado al equipo y Francisco Cervelli lo hará en algún momento a finales de mes o principios de diciembre.

“Sólo quiero salir al terreno para aportar ánimo y dar lo mejor de mí. El resto es agradecer a Dios porque Él es quien hace que las oportunidades se nos presenten”.

En abril se abrió una puerta y con ella otra oportunidad. Los Rangers de Texas adquirieron al falconiano de los Rays de Tampa Bay, por un jugador a ser nombrado después. Fue el primer intercambio de jugadores en la historia entre ambas franquicias y los texanos colocaron a Chirinos en el roster de 40.

“El cambio me benefició y me ayudó a regresar a las grandes ligas, que es lo que todos queremos. Hay muchas expectativas para 2014. El equipo confía en mí. Así que debo prepararme. Como dice la Biblia: ‘el buen guerrero se prepara y el Señor dará la victoria final’”.


Dios actúa de forma misteriosa y Chirinos ha encontrado las respuestas en sus obras.


Esta columna apareció publicada en el diario El Nacional el 11 de Noviembre 2013

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